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miércoles, 29 de agosto de 2007

SITUÉMONOS EN EL ESPACIO-TIEMPO POLÍTICO…


Situémonos en el espacio-tiempo político…


En 1958, la derecha volvía formalmente a la Moneda luego de muchos años. Estas elecciones demostraron de paso que la izquierda aumentaba de gran manera su fuerza electoral cuyo candidato Salvador Allende fue segunda mayoría relativa a solo 3 puntos del triunfador.

Alessandri se caracterizó por su intención de hacer un gobierno de carácter técnico que solucionara problemas puntuales aprovechando así su fama de apoliticismo. En su periodo hubo una gran expansión en la construcción de viviendas y obras públicas, así como también logro el control de la inflación y un aumentó considerable de las importaciones iniciando también el proceso de reforma agraria. (Ley de los maceteros). Analíticamente hablando, la derecha chilena pese a no tener el más alto cargo de administración publica en varios años, no deja de ser un actor preponderante tanto en política como en economía, sólo paso por una etapa de transición doctrinaria de una fracción de su cuerpo político

El crecimiento del PDC, verificado desde el gobierno de Ibáñez, culminó en 1964 con la elección presidencial de su principal líder, Eduardo Frei. Este llegó al sillón presidencial con el apoyo de la derecha, aterrorizada por un posible triunfo de Salvador Allende (1963 Naranjazo). Así Frei obtuvo un 56,09% de las preferencias y un parlamento con mayoría. El PDC pudo gobernar solo. Su consigna fue la “Revolución en libertad”, un intento de cambios globales manteniendo las libertades democráticas. Esto, para la derecha, era un camino al socialismo marxista. Para la izquierda, solo un maquillaje inútil del capitalismo.

En concreto la “revolución en libertad contemplaba principalmente un plan de Reforma Agraria, la inversión estatal y la gran minería del cobre (nacionalización), el impulso a las organizaciones sociales de base (una especie de promoción popular, una reforma educacional y un incremento general de la producción. Su proceso era paulatino y largo que en palabras de Faundez “Estaba concebido como una empresa de largo aliento que habría que madurar al menos tres décadas”[2] Proceso incompleto.
Hasta 1967, el gobierno llevó a cabo cada punto de su programa con tensiones pero sin tropiezos insalvables. En 1967, la cercanía de las elecciones y la mala situación económica, disminuyeron el ímpetu reformista, lo cual generó quiebres en el partido de gobierno. Estas transformaciones eran un salto enorme tanto cualitativamente como cuantitativamente hablando, lo que puso en evidencia la no preparación de un país aun pobre y subdesarrollado, así sentencia Enrique Cañas “Las teorías de la modernización que sustentaban la idea de una evolución progresiva y en etapas hacia la consolidación de la democracia en el espíritu de la “alianza para el progreso” se estrellaron dramáticamente con la realidad”[3]. En otras palabras, para las grandes inversiones no hay base económica para solventar gastos del crédito. El ala izquierda molesta por la inercia del gobierno (sin capacidad operacional para realizar los cambios), formó el Movimiento de Acción Popular unida (MAPU). Paralelamente comenzó un clima de gran agitación social, huelgas ciertos levantamientos militares (“El tacnazo”), tomas de terrenos, etc. La izquierda se rearticuló en la Unidad Popular (UP), agrupación de socialistas comunistas, radicales y mapucistas con miras a jugarse la última carta electoral en 1970 o, o por otra parte, buscar otra salida, es decir, con base en un movimiento guerrillero. La derecha que casi desapareció políticamente en 1964 se rearticuló en el Partido Nacional.

El democrático Estado Chileno se veía en dificultades para absorber electoralmente las tensiones sociales propias de un país pobre.

Las elecciones de 1970

Por su dramatismo estas elecciones presidenciales solo pueden compararse con las de 1920. (Dada la incertidumbre sobre lo que venia a futuro). Flotaba en el ambiente la sensación de que allí se jugaba en definitiva el destino de Chile. Como la derecha ya no estaba dispuesta a apoyar al PDC, como en 1964, podía ganar la izquierda. El PN llevó a su tradicional caudillo derechista, Jorge Alessandri. Un desgastado PDC, como partido gobernante, a Radomiro Tomic. La UP, como siempre, abanderó a Salvador Allende. Este último triunfó por estrecho margen y por mayoría relativa. Su elección debía ser confirmada por el Congreso pleno. Luego de comprometerse frente al PDC en un pacto de “garantías constitucionales” (a respetar el sistema democrático), fue confirmado como presidente electo en septiembre de 1970.


La elección de Allende provocó dos cosas. Por una parte, remezón en la clase política de derecha, la cual entre septiembre y noviembre de ese mismo año consideró todas las posibilidades de evitar su asunción ya que existía pleno conocimiento de su programa y de los objetivos que se habían trazado que se avocaban a una transformación plena hacia el socialismo. Y por otra como lo dice Julio Faundez “Al hacerse cargo del gobierno, Allende tuvo que abocarse a la tarea de transformar lo Unidad Popular en una organización capaz de tomar y aplicar medidas. Esto era difícil, no solo porque había sido constituido apresuradamente, como una alianza electoral, sino porque sus integrantes no eran homogéneos ni en tamaño ni en ideología.”[4] 204. El mayor intento desestabilizador fue el asesinato por parte de la ultraderecha del Comandante en jefe del Ejército, General René Schneider, conocido por su profesionalismo y respeto al gobierno impulsó un proyecto socialista “con sabor a empanadas y vino tinto”- según decía- que tensionó al máximo las instituciones democráticas. Desde 1972 el país se hizo ingobernable, en medio de una crisis general de funcionamiento provocada por el sabotaje económico (Ej.: Paro de camioneros en octubre de 1972)[5].

Por otra parte y sin dejar de ser menos se encuentra el intervencionismo norteamericano “Por lo que se juega Chile concierne al mundo. Estados Unidos quiere probar que el caso de Chile (un Estado que decide ser independiente del sistema imperialista y lo intenta a través de formas democráticas) no es posible ni Chile ni en ningún otro lugar en el mundo”[6] El 11 de Septiembre de 1973, un golpe de Estado puso fin al gobierno y a la vida de Salvador Allende, en una Moneda destruida por el fuego aéreo. Según Armando Uribe son dos la cosas que llevan a cabo este hecho (al hecho concreto en si)”Dos causas eficientes se conjugan para este efecto: el Gobierno de los Estados Unidos de América y las Fuerzas Armadas traidoras de Chile. Sin la actuación conjunta de cada uno de estos factores, el golpe de Estado no se habría producido y el jefe del Estado no habría muerto”[7].

Para resumir este periodo que va de 1960 hasta 1973, podemos decir que: los programas de los grupos gobernantes tienden a realizar cambios estructurales pese a esto no hay continuidad en las políticas nacionales y en cierta medida el electorado vota “pragmáticamente”. La polarización de la política se debió en su mayoría a que cada partido quería gobernar en formo exclusiva y excluyente dejando en gran medida de lado al dialogo y la transacción. Dado la importancia y la fuerza de las reformas en un país pobre y subdesarrollado generaron crisis inflacionarias que el desgastado mundo político no supo resolver de mejor forma hasta que el caos y el aprovechamiento explotaron en 1973.

Dictadura Militar

“El régimen se preocupó de romper en forma liquida con la institucionalidad democrática, reorganizó la sociedad bajo los principios del calculo económico y centralizó el poder bajo la forma de un presidencialismo fuertemente autocrático”.[8] Este fue el horizonte administrativo que tomó y que consolidó el régimen de Agusto Pinochet (sin mencionar las violaciones a los derechos humanos) en los ocho primeros años y que “legitimó” en la Constitución de 1980. Su accionar fue rápido[9], apoyado militarmente por todas las ramas de las Fuerzas Armadas y posteriormente recibió apoyo de la derecha política y económica del país.

En 1980 cuando la situación mostraban una calma relativa, realizó un plebiscito en donde pudo legitimar su accionar en concreto ocurrieron los siguientes fenómenos “La victoria del si tenía tres significados: la aprobación de la Constitución de 1980, que reemplaza a la de 1925; el establecimiento de disposiciones transitorias por 8 años; y la elección del general Pinochet como Presidente de la República por el mismo período”[10]. Las reformas económicas se hicieron sentir. Las privatizaciones de empresas del Estado, la apertura a nuevos mercados y la llegada de los Chicago boys, hacían presagiar un buen futuro según los analistas del gobierno esa administración. Lo cual gatillaria una aceptación mayor del gobierno frente a toda la opinión publica. Pero en 1982 la crisis financiera lo cual acarreaba una serie de dificultades mayores a las esperadas[11]. Trajo consigo una serie de manifestaciones sociales y políticas, el gobierno frente a la opinión publica se hacia insostenible en el tiempo, también desde la Iglesia se pedía revertir esta situación la cual el Cardenal Raúl Silva Henríquez también llamó “crisis moral de la nación”, se pedía abiertamente una vuelta a procesos democráticos como las elecciones presidenciales y de congresistas. Pinochet mantuvo una postura de intransigencia, los sectores excluidos políticamente como lo fue la centro-izquierda se debatían entre pedir abiertamente la salida del general o seguir su juego constitucionalista (8 años más en el cargo). La extrema izquierda ideaba tácticas de guerrilla para enfrentar por vía de la ruptura al gobierno de Pinochet. Esto deja en clara alusión que existieron dos etapas: una fundacional y otra reorganizacional.

En definitiva al fallar la vía armada tras el descubrimiento de un arsenal en Carrizal Bajo y el intento de asesinato a Pinochet, tomó más fuerza la idea de seguir el juego de Pinochet y enfrentarlo en un plebiscito en 1988 y que hiciera cumplir las garantías constitucionales que el siempre pregonó. El repunte económico dado entre 1986 y 1987 y la idea que existía en el gobierno de que Chile estaba en un proceso profundo de despolitización, hacían presagiar una nueva victoria del gobierno militar, más aun si la oposición política no tenía un plan o programa convincente para que en la opinión pública se justificara un recambio político-administrativo (lisa y llanamente no hay proyecto)[12]. El plebiscito llegó precedido de un reticente cumplimiento de la Constitución por parte de Pinochet y que la oposición política se había encargado de recalcarle si ese era su plan original. El plebiscito dio mayoría a la opción NO y Pinochet en un año más debía entregar el poder, mientras tanto se preocupó de llevar a cabo la ultima parte de su proceso de privatización (y que fue el más fuerte) y de leyes orgánicas (por ejemplo: LOCE) leyes conocidas como de “amarre” asegurando así una posible derrota en las elecciones presidenciales. Las elecciones las ganó la Concertación de Partidos por la Democracia quien llevó como candidato a Patricio Aylwin venciendo a Hernán Buchi economista de derecha que remplazó a Pinochet en una posible candidatura del Comandante en Jefe.

El que haya estado 17 años en el poder no dejo indiferente a Pinochet y su sequito frente a la opinión publica nacional e internacional. Chile luego de pasar a un posible proceso democrático de transición al socialismo terminó convirtiéndose en un experimento concreto del neoliberalismo impulsado por Norteamérica (contexto internacional), las reformas hechas en Dictadura no se presentan en ningún país que se adscriba al Capitalismo y que si estas se hubieran realizado en democracia hubiesen costado más de 17 años para que se pusieran en marcha. Políticas macroeconómicas que funcionan para grandes procesos de inversión pero que en la macroeconomía no ha podido solucionar una serie de problemáticas que existen hoy en día. En materia política, la democracia representativa poco a poco se deja ver pero aun faltan reformas a la Constitución para llamar a este país completamente democrático.

[1] 386.000 votos de Alessandri contra 354.000 de Allende.
[2] Faundez, Julio, “Izquierda y Democracia en Chile 1932-1973”, Ediciones BAT, 1991. Pág. 139.
[3] Cañas, Enrique, “Proceso político en Chile 1973-1990”, Editorial Andres Bello, Santiago, 1997. Pág. 15.
[4] Op. Cit. Faundez, “Izquierda…”.Pág. 204
[5] Otro factor importante a considerar fue la fuerte pugna entre el PS y PC que agravó en gran medida la situación interna del gobierno.
[6] Uribe, Armando, “Intervencionismo Norteamericano en Chile” Editorial Sudamericana, Santiago, Chile. Pág. 17.
[7] Ibíd. Pág. 17
[8] Op. Cit. Cañas, “Proceso…”. Pág. 24.
[9] Con la instalación del Gobierno militar las actividades sindicales son anuladas. El 11 de septiembre de 1973 se cancela la personería jurídica de 2.371 sindicatos industriales y profesionales, seis federaciones y una confederación de la CUT.
[10] Op. Cit. Cañas, “Proceso…”. Pág. 151.
[11] Los despidos por termino de faenas eran del 29.1%; por reducción de personal, el 23,2% y por el cierre de empresas, 17.1%.
12] Hay que destacar que en ese periodo hay movimientos sociales políticos y apolíticos en contra del gobierno.


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martes, 28 de agosto de 2007

MURAL BRP LOS COPIHUES



Los Copihues, Santiago Chile 1989



Mural pintado por la Brigada Ramona Parra hacia 1989 en la Población los Copihues, ex campamento "Unidad Popular (09-01-70)"; comuna de La Florida... Pintado donde hoy se yergue el rostro flamante del otrora "compañero Presidente"... Imagen que estuvo en los muros de una población decidida, una población de esas "choras" donde hay de todo menos fascistas, imagen que se plasmó en alguno de los muros de esta "pobla" colindante, vecina y hermana del campamento más importante en la historia del mundo, "Campamento Nueva la Habana", imagen que creo recordar y no... imagen que estuvo, como el irrestricto compromiso de estas barriadas por el proyecto popular... y es que es la esencia de un barrio de inmigrantes campesinos y obreros explotados... imagen que se plasmó en un muro en épocas de resistencia, no en vano este sector de La Florida, con orgullo, fue y será del MIR...

...Si me preguntan así, sin más, sin marcos teóricos o conceptuales si la política tiene relación con el arte, la respuesta es obvia y asiento con la cabeza diciendo "Sí", si pienso qué es primero, si el arte o la política, diré: "Primero es la condición material, luego la idea, la reflexión; tercero será la acción... en suma es la política la que llevará al arte a determinadas expresiones y es que la política genera las condiciones materiales de existencia que pueden traducirse en un grito desesperado a través de la pintura. Ahora bien, qué entiendo por política para atreverme a aseverar lo ya dicho..."Política es la Historia en construcción" y que será el arte "Lo que el pueblo determine que es"... este mural ¿es arte para mi?... Este mural es acción política, es consigna...
Por Alexis Díaz-Moyá Donaire
(Reflexiones de apertura)

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